Uno de los momentos álgidos en el gobierno de Peña Nieto y que constituyó un error estratégico en la diplomacia mexicana, evidentemente fue cuando éste recibió en la Residencia Oficial de los Pinos al que en ese entonces era el candidato más polémico y anti mexicano de todos los tiempos: Donald Trump. Y no era para menos, el discurso racista, con dedicatoria muy especial a todos los que oliera a México fue símbolo, ideología y razón de ser de toda su campaña, y siempre se pensó erróneamente, “cuando sea Presidente cambiará de postura y su política migratoria atenderá a los principios de los Derechos Humanos”, pero no.
¿A qué va él señor López Obrador a Washington? A escazas semanas de la elección de Estados Unidos para definir al que será su Presidente por los próximos 4 años, esa nación se encuentra con los ánimos caldeados al igual que la nuestra, y al igual que la nuestra, con una sociedad divida en dos polos gracias al talante y vísceras de sus gobernantes; también allá como acá y también gracias a las torpezas y limitaciones de Trump como las de López Obrador, el COVID 19 amenaza a ambas naciones, como en las que más muertes ocasionará. ¿A qué va él señor López Obrador a Washington?
La visita de Estado como lo ha definido López Obrador, que en sentido estricto no es visita de Estado ya que no extenderá esta visita a dialogar con otras cúpulas de poder como bien podría ser Representantes o Senadores del Partido Demócrata, o por qué no, con el mismísimo John Biden o el equipo cercano a éste, y no ampliará su agenda a otros actores de la vida pública Norte Americana, simplemente porque no gozará de la visto bueno de su antipático anfitrión.
Por: Adrián Martín Pineda Selvas
Srio. de Atención a Personas con Discapacidad.
CDE Veracruz
Es válido pensar que López Obrador, recibirá, ya de manera personal, calurosas felicitaciones de parte de su anfitrión por emplear alrededor de 28 mil efectivo de la recién creada Guardia Nacional para cuidar la frontera sur del país, y no permitir así, a costa de lo que sea, aún violando los derechos humanos de los Centros Americanos, que éstos lleguen a su país; es válido pensar que López Obrador será recibido como virtualmente es, el Comandante en Jefe de campaña Republicana en México, como el gran aliado que tiene Trump en México para lograr el objetivo de su reelección.
¿A qué va el señor López Obrador a Estados Unidos? Si es imperioso responder esta pregunta y tratando de ser benevolente con el caudillo de caudillos, se podría argumentar que va la nación gringa, a promover un instrumento inminentemente Neoliberal, como lo es el Tratado Comercial entre México, Estados Unidos y Canadá –T MEC-, versión renovada de aquel que firmó Salinas De Gortari, Tratado de Libre Comercio de América del Norte –TLCAN-. Que hay que decirlo, éste último se revisó a instancias del socio comercial Trump, que a juicio de él, aquel tratado comercial era injusto para su país. Las negociaciones para revisar y firmar la actualización del mismo, en 95% lo hizo el equipo económico de Peña Nieto, es más, firmar el recién entrado en vigor T MEC, fue el último acto de Gobierno de éste, de Peña Nieto, y lo hizo en una cumbre de líderes en Argentina, en diciembre del 2018, esas cumbres a las que nuestro aldeano Presidente siempre se ha negado ir. Ya una vez elaborado el T MEC, López Obrador como si fuera el Presidente más neoliberal de todos los tiempos de México, desde que era electo, se dedicó a hablar de las maravillas que significaba firmar la segunda versión del Tratado Trilateral de Comercio. Las referencias a este pacto comercial, por parte de López Obrador, las reseñaba como el eje central para atraer la inversión privada y extranjera al país.
En un mundo globalizado y la nación mexicana inserta en él relativamente mucho más que otras naciones, y cuya mayor expresión por excelencia es el T MEC, es prácticamente imposible que nuestro aldeano Presidente no debutará en el contexto internacional y no viera derrumbada una de sus falacias, aquella de que dice, “la mejor política exterior, es la interior”, y así es que el doméstico López Obrador aparecerá en escena internacional, pero al parecer escogió - o le hicieron escoger-, un escenario nada cómodo, para empezar por quien será su anfitrión, al cual, le faltó valor para posponerle su visita a la capital estadounidense, -mínimo hasta después de las elecciones presidenciales de ese país-, de esta manera pues, Donald Trump al parecer tendrá no únicamente a su piñata favorita, también a una botarga, ya sabes quién.
El famoso T MEC ya está firmado y ratificado por los tres Presidentes de los países que son socios comerciales y sus respectivos Congresos y este tratado ya entró en vigencia, y con toda seguridad, cumpliendo los caprichos de Trump, entonces, ¿A qué va el señor López Obrador a Washington? Y más cuando el Primer Ministro de Canadá ya dijo que no tiene sentido esa cumbre y respecto de T MEC todavía tiene diferencias con Estados Unidos, y empresarios canadienses sea han manifestado en contra de las decisiones de la 4T en el campo energético.
Es totalmente extraño que un hombre curtido en batallas electorales como lo es López Obrador, piense y quiera que su visita a la Casa Blanca se le considere como visita de Estado, y no como una posible bocanada de oxígeno a la ya desahuciada campaña reeleccionista de Trump; que no se estime que la mini cumbre que sostendrá con el polémico inquilino de la Casa Blanca, sea considerada como un evento de campaña más de éste y su persona sea exhibida ante su base electoral y su cabeza ofrecida como símbolo de que él es más fiel aliado que el muro va, y López Obrador es una garantía de ello a través de la Guardia Nacional.
Sucedida la ya reunión con Trump, lo único que se puede esperar y desear como buen mexicano, es que López Obrador sea congruente en un futuro y que deje de ahuyentar las inversiones extranjeras, que sí él tiene el mínimo sentido común, advertirá que después de la pandemia los pronósticos de un repunte de la economía nacional están muy lejano. Hay un dicho cuando se piensa en las economías de Estados Unidos y en la de México, que " cuando Estados Unidos tienes resfriado, a México le da pulmonía”.