Por: Melesio Soriano

Secretario de Atención a Personas con Discapacidad del PRI CDMX

Sin mayor preámbulo, entender cuál es el mayor reto de la educación Inclusiva, es la Disposición del profesor con o sin capacitación, para enseñar a una persona con discapacidad. El problema es que no existe la disposición de hacerlo.

Lo que busca la Educación Inclusiva, es calidad. En la actualidad las escuelas  ofertan sus servicios, limitando las posibilidades de los alumnos con discapacidad a la disposición o actualización que tengan sus profesores; una escuela de calidad será aquella que dé respuesta a las necesidades particulares a través de Eficacia (resultados), Eficiencia (procesos y beneficios), Pertinencia y Equidad; para ello se necesitan materiales, actualizaciones, es decir, disposición de recursos tanto humanos como financieros.

Pero la realidad es que aunque existan servicios de USAER y UDEEI, en el país, mientras no se muevan las prácticas metodológicas y pedagógicas. Los alumnos con alguna condición de discapacidad, seguirán teniendo acceso a las escuelas, pero no al aprendizaje.

Recordemos que hablar de inclusión es poner en juego mis prejuicios; a los que no tolero, a lo que no conozco, y el gran reto de México es que, la tolerancia a la diferencia no se tiene.

La solución seguirá siendo aportar mayor capacitación a los docentes, pero con mayor disposición aceptar los cambios. Porque mientras no haya ese punto de quiebre para el chip, podrán pasar infinidad de administraciones y seguirá el enfoque de derechos humanos en la educación, pero no será una realidad hasta que se decida hacerlo.

Se necesita un COMPROMISO, no solo de los implicados sino de la sociedad misma, comenzando una nueva era que impulse el respeto a la diferencia, rescatando la experiencia profesional que tienen nuestros maestros porque lo que se busca no es un trato igualitario ni especial, se busca un trato basado en la equidad para que todos nuestros niños ejerzan su derecho a una mejor educación.